Durante la cumbre de los BRICS en Kazán, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, declaró que el futuro de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos dependerá de las decisiones que tome Washington tras las elecciones presidenciales de noviembre. Putin enfatizó que Rusia está abierta al diálogo si Estados Unidos lo desea, pero también se mostró dispuesto a aceptar un escenario de distanciamiento en caso contrario.
Putin también elogió al expresidente y candidato republicano Donald Trump, destacando sus «declaraciones sinceras» sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, advirtió que cualquier acuerdo de paz en Ucrania debe estar basado en las realidades del campo de batalla, donde actualmente las tropas rusas controlan aproximadamente el 20% del territorio ucraniano. «Nuestros adversarios no entienden la historia rusa y creen en ilusiones de derrotarnos estratégicamente», añadió el mandatario.
Durante la cumbre, algunos aliados de los BRICS hicieron llamados para poner fin al conflicto en Ucrania. El presidente chino, Xi Jinping, señaló que el grupo, compuesto por nueve países que representan una parte importante de la población y la economía mundial, puede ser una «fuerza estabilizadora para la paz». Mientras tanto, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, reiteró su pedido de una «paz justa», aunque Putin respondió que las disputas entre países a veces son inevitables, comparando el conflicto con problemas dentro de una familia.
Esta reunión marca el primer encuentro cara a cara entre Putin y Guterres en más de dos años. Se espera que Guterres reafirme sus conocidas posturas sobre la guerra en Ucrania y ofrezca su mediación en el conflicto, aunque aclaró que esperará el momento adecuado para ello.
