Dos años después de su última aparición, Rafael Nadal regresa a la Caja Mágica de Madrid, donde ha logrado triunfar en cinco ocasiones. Sin embargo, esta vez lo hace en circunstancias inusuales, fuera de las predicciones para levantar el título y en busca del ritmo necesario para concluir la gira de tierra batida en París. A sus 37 años, el tenista mallorquín ha disputado solo cinco partidos esta temporada, y después del progreso físico en Barcelona, ha experimentado altibajos en Madrid.
Con una expresión seria y un tono reflexivo, Nadal reconoció que no se siente al cien por cien, pero está decidido a jugar, destacando el apoyo especial que recibe en Madrid. Ante la pregunta sobre si esta sería su última vez ante el público madrileño, respondió con melancolía que sí lo creía.
En cuanto a su evolución, sembró dudas sobre su participación en Roland Garros. A diferencia de su discurso más optimista la semana pasada, esta vez fue más contundente al expresar las dificultades físicas que enfrenta. Aunque su capacidad para competir se ve comprometida por las molestias persistentes, su determinación por jugar en Madrid es fuerte, aunque no ve claro su futuro en el torneo francés.
Nadal señaló que los problemas que le afectaban al sacar se han reducido, pero aún no se siente completamente libre en su juego. Reconoció que no está preparado para ciertas cosas y dejó en claro que solo jugará en París si se siente en condiciones de competir adecuadamente.
Con información de El País | Nota original