El precio del oro alcanzó un nuevo máximo histórico al superar los 2,600 dólares por onza, impulsado por la reciente decisión de la Reserva Federal (Fed) de reducir las tasas de interés en 50 puntos base. Esta es la segunda vez en el año que la Fed recorta las tasas, lo que ha favorecido un entorno donde el oro, que se beneficia de tasas más bajas, sigue al alza.
Jerome Powell, presidente de la Fed, aclaró en conferencia de prensa que este movimiento no debe ser visto como el inicio de una tendencia de recortes agresivos. Sin embargo, las proyecciones del Comité Federal de Mercado Abierto revelan que la mayoría de los funcionarios apoyan una nueva reducción de al menos medio punto adicional para fin de año.
El oro ha mostrado un crecimiento del 24% este año, con picos consecutivos impulsados por la demanda de mercados emergentes, como los bancos centrales asiáticos e inversores. Ahora, la atención de los mercados está en las acciones de la Fed y las perspectivas de una posible recesión en EE.UU., lo que ha motivado a más inversores a ver el oro como una cobertura ante la incertidumbre.
Analistas señalan que, junto al debilitamiento del dólar, las tasas bajas crean el escenario perfecto para que el oro continúe su ascenso. En los últimos meses, la acumulación de oro por parte de inversores occidentales también ha crecido, lo que sugiere que el mercado del oro está retomando su patrón tradicional de inversión, donde los metales preciosos suben cuando los rendimientos reales caen.
