Steven Ross, exdirector científico de OceanGate, reveló en una audiencia que el sumergible Titán sufrió un mal funcionamiento significativo días antes de implosionar en junio de 2023, lo que resultó en la muerte de las cinco personas a bordo. Según Ross, durante una inmersión de prueba el 12 de junio, un fallo en el sistema de lastre provocó que la plataforma se inclinara a 45 grados, lo que obligó a los pasajeros y la tripulación a colisionar contra las paredes del sumergible durante aproximadamente una hora.
El problema fue atribuido a una válvula defectuosa en el tanque de lastre variable, que controla la flotabilidad del sumergible. Aunque la inmersión fue abortada y no se reportaron heridos, el incidente generó preocupación por la seguridad del Titán. Ross comentó que desconocía si se realizó una inspección del casco tras ese mal funcionamiento.
Ross también mencionó otros fallos previos durante las inmersiones en la expedición al Titanic de 2022. Entre ellos, un fuerte estruendo en la inmersión 80 y un mal funcionamiento de los propulsores en la inmersión 81. Ambos incidentes plantearon dudas sobre la seguridad del sumergible antes del trágico accidente en 2023.