Cecilia González Michalak
Las cuentas de vidrio y las conchas de caracol fueron de las primeras formas de dinero que existieron como parte de un intercambio comercial de bienes. Obviamente, han existido otro tipo de divisas menos prácticas como vacas, cabras, cerdos, ovejas, caballos, venados, camellos, pieles y prendas tejidas, hojas de té, especies, todo tipo de granos y pasteles de sal, y hasta cabezas humanas en la cultura sumatra… El problema es que eran difícilmente divisibles y poco útiles para su transporte.
Fueron la gente de Akan, en África, a quienes se les ocurrió usar piedra, oro u otros metales para hacer figuras simbólicas de animales o figuras abstractas con forma geométrica que representara a alguna divinidad. El peso de esta divisa representaba un valor económico, y se le consideró como la primera moneda inventada. Metales como el oro, la plata, el bronce, el cobre, el hierro y el latón han sido utilizados en el uso de monedas desde hace más de 4 mil años, mientras que las monedas acuñadas y estandarizadas por localidades empezaron a utilizarse hacia el año 700 a.C.
El imperio romano fue uno de los gobiernos que usaron el uso de monedas tempranamente, aproximadamente hacia el año 300 a.C., durante la República. Se pueden encontrar ejemplares en Europa, Asia y el Norte de África que datan desde sus primeros años hasta la Edad Media. Incluso, la información que contenía era tan práctica, que fueron replicadas por otros gobiernos, desde los califatos hasta los países actuales; esto se puede comprobar con el nombre en latín de algunas monedas actuales como el dinar árabe (proveniente del denario), la libra esterlina y el peso (ambas haciendo referencia a la libra romana).
La palabra moneda se deriva del taller de acuñación de metales más importante del Capitolio, que estaba ubicado al lado del templo de Juno Moneta, la diosa romana del matrimonio y reina del panteón romano. Se le apodó “Moneta” (del latín monere, que significa avisar, recordar, advertir, aconsejar) debido a que la deidad avisó a los romanos de varios ataques que habría contra la ciudad. Esta diosa se convirtió en la personificación del dinero y fue de los primeros rostros que aparecieron en una moneda.
Posteriormente, las monedas fueron utilizadas como medios propagandísticos para que las personas del imperio conocieran a su nuevo emperador. El emperador Julio César fue quien inició con esta moda acuñando su imagen en los denarios en el 44 a.C., encarnando así al Estado. De esta forma, muchos gobernantes que temían golpes de estado se apresuraban para sacar divisas con su efigie lo más pronto posible. Ejemplo de esto fue Tito Fulvio Junio Quieto quien usurpó el trono y reinó de 260 hasta 261 y emitió trece monedas para recalcar su poder.
Muchos emperadores al anverso usaban imágenes de dioses para asociarse con ellos. Un ejemplo de un emperador que llegó al extremo de proclamar el estatus divino fue César Marco Aurelio Cómodo Antonino Augusto. En el año 192, emitió una serie de monedas que mostraban su busto revestido con una piel de león en el anverso, y una inscripción que proclamaba que él era la encarnación romana de Herculano (Hércules o Héracles) en el reverso.
Si en algún punto se encuentran con una moneda que pareciera romana, aquí tienen ciertos puntos para descubrir qué significan las inscripciones y a quiénes se refieren:
