Antes de dar inicio a esta breve disertación, me permito colocar una definición de la palabra “Tecnología”, que según la RAE*, es la siguiente:
Del gr. τεχνολογία technología, de τεχνολόγος technológos, de τέχνη téchnē ‘arte’ y λόγος lógos ‘tratado’.
1. f. Conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico.
2. f. Tratado de los términos técnicos.
3. f. Lenguaje propio de una ciencia o de un arte.
4. f. Conjunto de los instrumentos y procedimientos industriales de un determinado sector o producto.
Para fines de este ensayo, utilizaremos las definiciones marcadas con los números 1 y 4, como nuestro marco de referencia.
Desde la llegada del siglo XXI a nuestros días, la tecnología ha evolucionado tan rápido como lo hizo desde la Revolución Industrial (Siglo XVIII) hasta finales del siglo XX. Al día de hoy tenemos a nuestra disposición herramientas que hasta hace poco no hubiéramos creído haber tenido para el desarrollo de nuestra vida cotidiana (Videollamadas, Realidad Virtual, Inteligencia Artificial, etc.), y a mi juicio, las cosas no harán otra cosa que seguirse acelerando cada vez más.
Hay muchos ángulos desde podemos abordar esta evolución, pero en el que yo me quiero enfocar, es desde el punto de vista ético. En lo personal no dejo de asombrarme de los avances que día que día vemos en todos los campos donde la tecnología toma un papel relevante (IT, medicina, industria automotriz, entretenimiento, etc.). Siempre he pensado que la tecnología es y ha sido un arma de doble filo, puede usarse tanto para la enseñanza académica a todos niveles, servir por el bien de una comunidad, el crecimiento de un país, etc. Pero, por otro lado, se puede usar para la carrera armamentista, para atacar instituciones financieras o de otra índole, o para generar un pensamiento que solo sirva a una serie de intereses creados, entre muchos otros. Donde siempre hay un haz de luz y esperanza, también hay un lado oscuro de temor y preocupación.
A mi en lo personal me genera temor que todos estos grandes inventos que hemos estado viendo, poniendo más énfasis en la Inteligencia Artificial y Realidad Virtual, que son los que están en boga actualmente, sean utilizados para infligir un mal que perjudique a la mayor parte de la humanidad. Desde hace años atrás, se ha tocado el tema de que no ha habido ningún tipo de legislación nacional, ni mucho menos mundial, de una normativa que regule que todos estos experimentos y nuevas herramientas, sigan un procedimiento y que además sea supervisado por algún tipo de comité que certifique que únicamente será utilizado para beneficio de todos, y no para dañar a nadie.
He tenido el privilegio de asistir a diversos eventos y congresos, donde he podido escuchar a diversos especialistas en derecho informático, en el que claman por que surja esa ley que regule todos esos desarrollos, y que pongan reglas muy claras que no alteren el bienestar de la población. Desafortunadamente no veo en el corto o mediano plazo, alguna iniciativa a nivel nacional o internacional que nos ayude a lograr este objetivo. Sin embargo, debemos persistir en crear esta medida, antes de que sea demasiado tarde, y acabemos siendo víctima de nuestros propios logros. Aún estamos muy a tiempo, antes de que la tecnología se apodere de nosotros en su totalidad.
*https://dle.rae.es/tecnolog%C3%ADa