Por Gabriel Barrios Mendoza
Hace un mes regresó la Bundesliga y con el paso de las semanas otras ligas siguieron su ejemplo. Con la vuelta del deporte pareciera que poco a poco la vida vuelve a su normalidad.
Alemania, fiel a su costumbre suele ir un paso adelante respecto a los demás países. Su visión calculadora, su sólida educación y férrea disciplina, le permitieron ser los primeros -como en otras ocasiones en distintos ámbitos de la vida- en que su liga profesional del futbol regresará tras un paro de dos meses y medio debido a la pandemia provocada por la COVID-19.
El reinicio de la Bundesliga nos permitió volver a disfrutar en vivo de un espectáculo deportivo, nos ilusionó en creer que es posible volver a nuestra vida cotidiana respetando y siguiendo una serie de protocolos mientras la lucha contra el coronavirus sigue. El célebre boxeador Muhammad Ali en alguno de sus más duros combates dijo: «No son las enormes montañas a escalar las que te motivan, sino la pequeña piedra en el zapato».
El pasado fin de semana fue el turno para La Liga española y el torneo de Copa de la Serie A italiana, cuyos equipos y figuras como Leo Messi, Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, volvimos a ver tras casi 100 días. Hoy regresa la Premier League con una particularidad: el Liverpool, con una combinación de resultados puede festejar de inmediato el título por primera vez desde hace 30 años para dar una la alegría a sus aficionados.
Y es que eso genera el deporte: sentimientos y estados de ánimo. Históricamente el deporte y la sociedad han estado ligados, desde que una ciudad acoge a un equipo, sus ciudadanos se identifican con él, sufren las derrotas; gritan sus goles, anotaciones, canastas, home-runs; y festejan sus triunfos, permanencias o campeonatos. En los tiempos complicados que vivimos, el regreso de los deportes es una inyección de motivación.
Del otro lado del continente, en algunas semanas en territorio estadounidense el balón comenzará a rodar en con la MLS y a botar con la NBA; mientras que en suelo mexicano con la Liga MX. Las sociedades de ambos países hemos pasado semanas difíciles y aunque los deportes no los van solucionar, serán un distractor entre tantas noticias tristes y ayudarán a cambiar los temas de conversación que desde hace semanas se centran en uno solo.
Finalmente, hace unos días en la ciudad de Dunedin, de Nueva Zelanda, se llevó a cabo un partido de rugby entre los Highlanders de Otago y los Chiefs de Waikato en el Forsyth Barr Stadium, que lució completamente lleno de aficionados, una diferencia respecto a las ligas europeas y americanas que juegan sin público. Días atrás la Primera Ministra, Jacinta Ardem, había declarado al país libre de coronavirus.
Esto fue posible gracias a que los aficionados usaron una aplicación específica de geolocalización antes, después y durante el partido, para que en caso de presentar síntomas de la Covid-19, se les pudiese localizar puntualmente, así como a las personas que estuvieron cerca y que por lo tanto pudieron contagiarse. Ojalá que esta buena práctica se pueda replicar poco a poco alrededor del mundo para que la “antigua” normalidad regresé.
Un comentario
Nos hace ver una luz al final del tunel. Excelente nota!!!