El presente pretende en primera instancia abordar tres temas que se encuentran pendientes en la agenda del titular del poder ejecutivo, por demás importantes para el futuro del país, en el entendido de que el propio titular ha reconocido, tanto en su informe, como en las conferencias mañaneras que en efecto existen, así que no habría que hacer aclaraciones al respecto.
En el tema de inseguridad cabe señalar que, a través de diferentes fuentes de información incluido el INEGI, medios publicitarios y noticiosos es comentado con frecuencia por la importancia que representa.
En estos términos según las estadísticas, existen cuatro entidades federativas consideradas como las más inseguras, en primer lugar, Guanajuato, Michoacán, Tamaulipas y Guerrero.
En el primer caso, se tienen datos de homicidios de todo tipo, feminicidios, sobre todo, familias enteras que han sido ultrajadas por los grupos criminales como el denominado Jalisco Nueva Generación la Unión y otros entre los que se incluyen aparentemente las Autodefensas que, como sabemos se formaron con grupos de civiles y paramilitares que actúan en nombre del pueblo ante la ausencia de cuerpos policiales tanto federales como locales.
Las acciones de esos grupos van desde la venganza, por la ocupación de zonas sometidas por alguno de estos para controlar el narcotráfico en sus diferentes modalidades elaboración de estupefacientes, la distribución de los mismos y la compraventa en otras zonas de país y aún en el extranjero, específicamente en Estados Unidos. Otras formas de acción son la venta de espacios en el comercio para que los dedicados a este tipo de actividades paguen cuotas de aparente protección de sus bienes incluida la vida de sus familias.
Esta última actividad se realiza sobre todo en ciudades de importancia como ha sucedido en la Ciudad de México.
Lo expuesto ha crecido conforme avanza el tiempo, sin que, al parecer no exista forma de evitarlo a pesar de las menciones que al efecto realiza el Ejecutivo, siendo un avance que lo reconozca, pero esto de ninguna manera satisface al pueblo, aunque no lo manifieste.
Como dato estadístico importante se dice que inseguridad tiene un costo que importa 286 mil millones de pesos según Encuesta Nacional (José Manuel Arteaga, El Heraldo de México, 25/09/19, p. 27.
La salud al igual que la seguridad también es otro tema pendiente que resulta de gran importancia ya que va de por medio no sólo el bienestar físico de los ciudadanos sino también el emocional provocando estados de crisis como daños colaterales que en ocasiones provocan la muerte vía el estrés.
La falta de medicamentos ha sido notoria, sobre todo en los hospitales púbicos a cargo del Instituto Mexicano del Seguro Social, específicamente, aquellos padecimientos como el cáncer, en el entendido de que para suplir esa deficiencia, se han tenido que comprar en el extranjero, ya que las empresas que los venden desean obtener un lucro excesivo, lo que se traduce según el Ejecutivo, en una corrupción que lesiona no sólo el tema físico sino también el económico de quienes los requieren y aquí cabría señalar que está de por medio la vida como bien máximo del ser humano.
Por otro lado, se debe agregar a esta situación, la crisis de recursos humanos que tiene el sector Salud en el que 66 mil personas dedicadas a prestar servicios médicos (Alfredo González Castro, A fuego Lento, el Heraldo de México, 25/09,19, p. 6) lo que nos da una idea de la situación en que nos encontramos a nivel mundial de acuerdo a los datos señalados por la Organización Mundial de la Salud de que por cada mil habitantes deben existir 4.4 profesionistas de esa rama, aunque a manera de paliativo el titular del Poder Ejecutivo Federal señaló que se está trabajando en mejorar el salario de los médicos.
Sin embargo, para consuelo del gobierno federal existe la posibilidad de actuar contra aquellos que ocultaron algunos medicamentos para obtener ganancias a costa de los pacientes provocando un sobre precio de estos, es decir, un monopolio en el sector salud cayendo en los supuestos que señala la Constitución y leyes secundarias como la Ley General de Salud, Ley Federal de Competencia Económica y otras relativas.
El autor de esta opinión es Juan Araque Contreras, consulta su semblanza en: colaboradores
