El próximo domingo tendrán lugar, por la cantidad de puestos de elección popular en juego, las elecciones más grandes en la historia de la democracia mexicana y también, dado que estará en juego la posibilidad de frenar la construcción de un régimen monocrático, autocrático y totalitario, las más importantes.
Eso, un régimen monocrático, autocrático y totalitario, es lo que está construyendo AMLO, con él en el papel del monócrata, autócrata, totalitario, y sus colaboradores y seguidores en el papel, no de ciudadanos, sino de súbditos.
Monocracia: el poder de uno. Autocracia: el poder de uno ejercido en función de sus deseos. Totalitario: el poder de uno ejercido en función de sus deseos abarcándolo todo, comenzando por la moral (allí esta, botón de muestra, La Constitución Moral de AMLO).
Se dice que lo importante es votar, con lo cual estoy de acuerdo. También se dice que cada quien vote por quien le dé la gana, con lo cual también estoy de acuerdo. Ir a votar y votar por quien uno considere la mejor opción es la esencia de la democracia. Y si ese, el democrático, es el medio que hemos elegido para elegir gobernantes, tanto en los poderes ejecutivos, como en los legislativos, el votar y votar por quien uno considere la mejor opción es la única manera de mantener viva la democracia, afirmación que supone, obviamente, que el sufragio es efectivo, que se respeta el voto de cada quien.
Dicho lo anterior debemos tener claro que en esta ocasión, si hemos de evitar la consolidación de un régimen monocrático, autocrático y totalitario, como el que está construyendo AMLO, debemos votar contra Morena, y ello implica votar PAN, PRI o PRD. Ello implica ejercer el voto útil, que no convence a todos, por considerarlo, así lo calificó alguien, como prostitución política: votar, no por convicción, sino por conveniencia (momento de reflexionar qué tanto, en materia electoral, la conveniencia se confunde con la convicción o la convicción se confunde de con la conveniencia).
No votar por quienes en el pasado lo hicieron mal (PAN, PRI, PRD), implica votar por quienes en los últimos dos años y medio lo hicieron peor, y por quienes, de contar con la posibilidad, pueden hacerlo todavía peor de aquí al 2024. Lo ideal para AMLO es conseguir la mayoría calificada en el Congreso. Lo ideal para evitar la consolidación del régimen monocrático, autocrático y totalitario es que no logre ni la mayoría absoluta.
Quienes nos oponemos a la consolidación del régimen monocrático, autocrático y totalitario debemos tener claro que, suponiendo que el resultado no sea favorable a AMLO, lo que podemos conseguir es que no se avance en la construcción de dicho régimen, no que se empiece a desmantelar, tarea que tendrá que esperar, resultado de la elección de 2024 de por medio, hasta 2025. El objetivo de la elección del próximo domingo, si no queremos un régimen monocrático, autocrático y totalitario, debe ser frenar a AMLO. Evitar que siga avanzando.
Suponiendo que el resultado de la elección no sea el que le conviene a AMLO, ¿cuál será su reacción? ¿La misma que fue en elecciones pasadas: afirmar fraude, desconocer los resultados, cuestionar a los ciudadanos que participaron en la organización de la elección, descalificar a las autoridades electorales, armar manifestaciones, exigir la anulación de las mismas, demandar la desaparición de las autoridades electorales? Probablemente, de darse ese escenario, esa vaya a ser su reacción, pero con una diferencia importante: en las ocasiones anteriores no era presidente y hoy sí lo es.
Lo que queda claro es que, si no queremos la consolidación de un régimen monocrático, autocrático y totalitario hay que votar contra Morena y ello, en las circunstancias actuales, implica votar PAN, PRI o PRD. Implica votar por quienes en el pasado lo hicieron mal, para evitar que hoy, y sobre todo mañana, AMLO lo siga haciendo peor.